Los que trabajan son los niños: sus padres, un poco por egoísmo, otro poco por darles el gusto, implantaron una manera de vivir económica y agradable.
Mientras ellos están sentados en sus casas [...] ellos juegan a edificar, a limpiar, a hacer trabajos de carpintería, a cosechar, a vender. Sus instrumentos de trabajo son de un tamaño proporcionado al suyo.
Con sorprendente facilidad cumplen las obligaciones cotidianas. Debe confesar que al principio algunos animales, en especial los amaestrados, no les respetaban, porque sabían que eran niños.
Pero paulatinamente, con algunos engaños, les respetaron. Los trabajos que hacen no son difíciles; son fatigosos. A menudo sudan como caballos lanzados en una carrera. [...]
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